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"LA CENTRALL"

martes, 7 de diciembre de 2010

mi mamá tuvo la culpa

¿Alguna vez has estado enamorado? ¿Alguna vez has sentido que la persona que te gusta no siente lo mismo por ti? ¿Alguna vez has mirado a alguien y has sentido que tu mirada es correspondida pero por alguna razón extraña no te acercas a esa persona? ¿Alguna vez te ha pasado que por aparentar ser una persona con virtudes, terminaste haciendo el ridículo? Si esas cosas te han pasado, entonces no leas esta historia. .

Tenía 12 años y comenzaba mi debut en la secundaria. El primer día siempre es aburrido, pero tuve que ir por exigencia de mi mami. Fui peinadito y con mi uniforme impecable - pantalón plomo y camisa blanca -, ambos nuevecitos. Lo terrible de ir el primer día de clase son los zapatos nuevos. Siempre me fastidiaban. Recuerdo que ese día, después de la formación inicial de bienvenida, vi a una chica lindísima que caminaba por los pasillos del colegio con su mamá. Yo me quedé mirándola encandilado, como perdiéndome con su presencia. De pronto la chica volteó, fue como si mi mirada la llamase desde lejos. Nos quedamos viendo por unos segundos. Ella era alta, flaquita, de cabellera negra, ojos juguetones y una sonrisa encantadora. Ese día no volví a verla, durante la semana tampoco. En los recreos salía a buscarla por todo el colegio con mi amigo Daniel pero nunca dábamos con ella. A la semana siguiente la volví a ver. Daniel me dijo que nos acerquemos, que le preguntara su nombre. Yo acepté titubeante, como inseguro. Así que nos acercamos, ella permanecía de espaldas. Daniel me esperó sentado en unas banquitas. Cuando estuve a unos metros de ella, respiré profundo y di unos pasos chiquitos, percatando que no voltease. Pensé que era el momento, la tenía en frene y nada me impedía acercarme a ella, así que le dije – Oye, disculpa – pero los nervios me traicionaron y me salió la voz de pajarito, y encima un gallo. °!putamadre, por qué justo ahora!” - pensé. Antes que la chica voltease yo di medía vuelta para hacerme el loco, pero mi intensión por desaparecer fue tan inmediata que al voltear choque con la miss de Física y la boté al suelo, con ella calló su cartera y unos libros que llevaba consigo. La miss era ya mayor, tenía unos 56 años aproximadamente. Todos a mi alrededor empezaron a reírse, como burlándose del accidente. – ¿Godoy, qué tienes? ¿No te puedes fijar por dónde caminas? – me dijo la miss en tono exaltado, gruñona. – Disculpe – le dije, con la mirada triste y avergonzado por lo ocurrido. Mientras ayudaba a la miss a recoger sus cosas, voltee a mirar a la chica. Ella me sonreía dulce y me miraba con ternura, como diciendo: - además de tímido, eres un tontuelo -. Yo quería desaparecer de aquel lugar y quería no existir nunca más. Ese día al volver a casa me encerré en mi cuarto y lloré y me lamenté por ser tan idiota. Mi mami me descubrió llorando y me preguntó qué había pasado. Yo no quería decirle nada, sólo quería llorar y morirme. Mi mami se echó en mi cama y empezó a acariciar mi cabello, me decía que no llore, que le partía el corazón verme triste. Yo permanecía en silencio y la escuchaba. – Mi amor, si no me quieres contar qué te pasa, está bien, pero si alguien te ha hecho daño, es mejor que me lo digas, sino no podré ayudarte – me sugirió mi mami, con voz maternal y amorosa. Me quedé dormido unas horas. Al despertar vi a mi mami a mi lado, se había quedado dormida conmigo toda la tarde.
A la noche le conté lo que había pasado, le dije: – Mami, hay una chica en el colegio que me gusta, me gusta mucho. Es lindísima - . Ella quedó sorprendida, los ojos le brillaban y tenía una sonrisa gigante. Mi mami me abrazó fuerte y me aconsejó: - En el colegio todos nos enamoramos, mi amor. Siempre encuentras a alguien que te gusta. No debes tener miedo a ocultar lo que sientes. Yo sé que es difícil pero debes ser valiente. Si la chica te gusta tanto, seguramente todos tus amiguitos se darán cuenta, porque cuando uno está enamorado se le nota en los ojos, y ellos te fastidiarán con ella, y eso sería peor. Es mejor que te le acerques y la conozcas, así te mueras del miedo y las piernas te tiemblen, valdrá la pena hacerlo, créeme, amor -. Abracé fuerte a mí mami y decidí que al día siguiente tenía que acercarme a la chica. No podía dejar de pasar el tiempo. Ya estaba decidido, además los consejos de mi mami me ayudaron a tener más valor. Así que al día siguiente, en el recreo, mientras todos mis amigos jugaban partido, yo decidí buscar a la chica.


Si quieres saber el desenlace de la historia, pues tendrás que leerme el siguiente martes, gracias.

PD: Brekias me dijo que no escriba mucho porque es aburrido leer demasiado, y yo quiero que me lean, no aburrirles. =)

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