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"LA CENTRALL"

jueves, 2 de diciembre de 2010

Mi Prueba de amor.


Hoy jueves a la 1.41 am recordé que me toca escribir una vez más aquí y bueno no voy a mentir en estos momentos es seguro que lo único que me pasa por la cabeza es “mierda, podría estar durmiendo pero no, tengo que estar escribiendo esta maldita actualización”.
Pero aquí estoy, escribiendo por ustedes, los lectores, por los demás que escriben aquí, por mí, porque cuando yo me comprometo a algo, lo cumplo y creo que es como deberían ser las cosas siempre, a veces cumplir lo que uno dice es difícil, si lo sabré yo…


Hoy les contaré una historia que tiene que ver con eso… (Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, enserio u.u)

El sábado tuve la genial idea de salir a despejarme un poco de mis vacaciones (sí, es increíble que estando de vacaciones la esté pasando fatal) llamé a un amigo y le dije “oye, tengo ganas de hacer travesuras hoy flaquito, te apuntas”, de hecho no me iba a decir que no, supuse yo, y dicho y hecho no me lo dijo.
Salimos a un bar (quería hacer travesuras en un lugar tranquilo, lo sé soy un poco complicado de entender a veces), todo estaba normal, esperaba que se me acercase alguien con quien pudiera pasar un rato agradable y mientras lo hacía conversaba con mi amigo. Todo iba bien, hasta que lo vi, mi ex, con el que no había tenido ningún contacto desde mi cumpleaños, cuando tuvimos un encuentro algo… “accidentado” (ya les contaré en otro post supongo). Al principio decidí que por mi normal, que yo de él no quería saber nada, así que hice como si nada pasara hasta que se acerco y me saludo.

Conversamos mucho, pensé que mi amigo se sentiría incomodo pero consiguió alguien a quien ligarse así que supuse que todo estaba bien con él (a veces me gustaría haberme equivocado y que las cosas se hubiesen puesto feas con él, pues así quizá todo esto no hubiese pasado, pero con mi suerte...).

Mi concepto de travesuras, es algo confuso, y lo descubrí luego de muchos tragos y besos con Walter (sí, mi ex se llama igual que yo). Fuimos a un lugar donde pudiésemos estar tranquilos y bueno paso lo que tenía que pasar. Cuando terminamos me pregunto ¿Aún me quieres?, la verdad su pregunta me dejo frio, pues puede parecer estúpido pero a pesar del tiempo, de todo lo que he podido vivir mientras no estaba con él es nada, ya que no he conocido a nadie como él, supongo que me enamoré y vamos aún estoy enamorado de él, empecé buscando travesuras y terminé dándome cuenta que aún me cago por mi ex, definitivamente las cosas no se podían poner peor (bueno de hecho si podían).

La conversación que en un principio parecía llevarnos a una reconciliación se torno bastante incómoda y un poco dolorosa cuando me dijo que se iba a Brasil, que se lo habían propuesto y que allá, trabajo y dinero no le faltaría. Entonces para que me preguntaba todo lo anterior si se iba a ir… no me iba a quedar a averiguarlo, así que cogí mi ropa, me vestí y solo le dije gracias, él para variar no me entendió y me pregunto ¿por qué?, yo le respondí, gracias por el orgasmo, por el de la despedida…

El lunes temprano me llamó temprano y me dijo que quería verme un rato. “Walter, si tu me lo pides no me voy, si tú me dices que me quieres y que quieres que volvamos a ser nosotros, uno solo, me quedo”, cuando me dijo eso la verdad es que no sabía que decir, no mentiré me cagaba de ganas de decirle, quédate, no te vayas yo te quiero aquí.

En verdad me arrepiento a veces de no haberlo hecho, si lo hubiese hecho, quizá ahora todo sería diferente, en fin, la explicación a porque le dije que se vaya? Bueno es simple, cuando empezamos ambos nos prometimos que más allá de todo lo que pudiese pasar, siempre nos demostraríamos cuanto nos queríamos, sea como pareja o como amigos.

Con el solo hecho de planteármelo así, el ya me demostraba que me quería y que a pesar de todo, estaba dispuesto a dejarlo todo por mí, que más prueba de amor necesitaba yo?, lo menos que podía hacer era mostrarle que yo también lo quiero y no pensar en mí, sino en el, pensar como su amigo. Si él podía hacer ese sacrificio por mí, merecía la pena cumplir mi promesa, demostrarle cuanto lo quería y dejarlo ir…
No sé si hice bien o mal, pero por una vez en mi vida actué pensando en alguien más que en mí, (cosa rara en mi) esa fue mi manera de decirle “yo también te quiero”.

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